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  • El autodiálogo de los seres pensantes

    Si buscas una mano amiga empieza por tu brazo. (Canserbero- Jeremías)

    Desde tiempos inmemorables, Lucifer, Belia o Agares…. La sombra que todo ser pensante ha temido o ha seguido para laburar su camino. Del que emana la codena y la culpa en la que los bichos humanos habitan. Por nombres no sólo es conocido. También describieron su aspecto de muchas maneras, como una sombra negra que te sigue, que te pesa. A veces hasta te camufla a tal magnitud que nadie puede mirar, que no ver, quién eres.  

    Difícil se hace la rendición ante ser. Ser aquello que saluda cordialmente a todos los monstruos que le miran desde dentro y, al mismo tiempo, comprende que esa sombra tan sólo es una proyección asustada de sí mismo. Difícil soportarlo, sin despojarlo de su conciencia y llevarlo a otra parte. A otro ser. A otra fuente. Difícil comprender para esta mente simbólica que le caracteriza, que sólo está luchando contra sí mismo. Es el autodialogo de los seres pensantes. 

    Bodegón de Jean Baptiste Oudry

  • Jaula de humo y papel

    Supuestamente un poema

    Esclava del canuto que ahoga mi ansiedad,

    mi libertad se pierde trazando barrotes con un pincel.

    Este hábito cruel quebró mi ego con ferocidad,

    con él construí una cárcel de humo y papel

    donde puedo ocultarme si mi voz se desvanece en la sociedad.

    Bodegón de Jean Baptiste Simeon

  • Necesito dormir

    El ritual

    «He agotado todas mis fuentes de dopamina». Shirine se refería más concretamente a todas las cosas dañinas que le sirven de evasión cuando cae la noche. Cuando todos duermen, siente libertad para estar en el mundo sin demandas, sin expectativas, sin un plan a seguir. Todos duermen, menos ella.

    Quizás, en el fondo necesita sentirse especial por primera vez en el día.
    Mientras evade la realidad que hay tras la ventana de su lúgubre habitación, se prepara un canuto para seguir haciendo cestas de la compra online de productos que nunca comprará. Al terminar la madrugada, siempre se convence de que no los necesita. Y otro. Y otro más. Ya van tres.


    «¿Cuando estaré lo suficientemente agotada como para que mi cuerpo simplemente no pueda más que echarse a dormir?» Shirine, no se dormía hasta forzar su cuerpo hasta ese momento. Después del cuarto canuto de la madrugada simplemente se entrega a las limitaciones fisiológicas de su cuerpo. «Por fin».

    Raminou sentado en una tela

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  • Huida de una presa que no sabe refugiarse

    ASI

    A la deriva me hayo de lo absurdo de sufrir lo que ya no puede pasar más. Como una presa que escapa del acecho de su depredador y encuentra un refugio en mitad del bosque. Mis recuerdos son las heridas de la presa provocadas durante su huida. Las llevo conmigo hasta el refugio. Una cabaña de madera, difícil de sostener durante tormentas y quebrantable. Lejos de pintarla de un color hogareño, cuelgo viejos cuadros agrietados y oxidados. Son, de nuevo, mis recuerdos.  

    El depredador ya no puede alcanzarme, pero la casa se me cae encima al mínimo trueno. Devastada, ya no me protege y cada vez que intento volver a construir una cabaña más resistente, vuelvo a colgar los mismos cuadros oxidados. Toda presa tiene miedo de volver a ser acechada, yo no sé vivir de otra forma. Regálenme cuadros nuevos. 

    Riña de gatos, 1786

    Manuel Osorio Manrique de Zúñiga 

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  • ¿Eres?

    Aborto

    Eres y no eres. Te dieron sujeto y no te lo dieron. Para algunos existes, para otros eres el inicio de una existencia que no existe. ¿Qué eres realmente?  

    Quizás eres un acontecimiento que no aconteció. A veces pienso que no fue casual, como casi todas las cosas que acontecen y no acontecen. Pero si algo así como el destino existe, que no acontecieses tampoco era algo casual. ¿Qué mensaje me viniste a traer? 

    Quizás eres un aprendizaje, una señal para entender lo realmente existente. El infierno en el que ibas a acontecer. Por lo que acontecieras o no acontecieras, diste lugar a una conmoción. En ese caso exististe. Pero si has dejado de existir ¿Eres entonces una pérdida?.

    Definitivamente eres una pérdida de lo que pudiste ser y de lo que no pude ser. Como pérdida, fuiste. Y como pérdida sigues siendo. Mientras tanto, asesina, responsable, inocente, depresiva, contenta, dueña de sí misma me encuentro siendo sin partes incompletas. Esta pérdida solo a mí me pertenece.

     Madame Manet y su gato.

     Julie Manet con su gato.

    Manet

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